¿Con qué frecuencia te acuerdas de conversaciones sobre el sexo con otra persona? ¿Recuerdas lo que conversaste? En mi experiencia he aprendido que están muy pocas centradas en nosotras mismas, pero al contrario, en nuestras parejas.
Cuando comencé a escuchar que amigos o personas a mi alrededor comenzaron a tener relaciones sexuales a una edad temprana, recuerdo que la discusión siempre se centró en “reventar la cereza”. Mientras más amigas y yo comenzamos a compartir sobre nuestras experiencias, más aprendí que las conversaciones no eran sobre nuestro propio placer personal, sino sobre el placer y el dolor que soportamos para complacer a nuestras parejas. “Fue bueno” o “resultó bien” fue lo que la mayoría de nosotras podría decir sobre las relaciones sexuales.
Hasta que un día una de nuestras amigas preguntó si alguna de nosotras había experimentado un orgasmo y el placer que conlleva. Un par de “síes”, pero más “noes”, llenaron rápidamente la sala. Ahora en la edad adulta, me he dado cuenta de que las conversaciones sobre la masturbación y nuestra propia intimidad casi nunca se comparten, ya que a menudo se nos enseña a complacer a los demás, pero no a nosotras mismos.
La masturbación es un momento muy íntimo con uno mismo. Es la oportunidad perfecta para amarte a ti mismo y satisfacer tus necesidades sin ninguna duda o remordimiento. Durante este momento, la masturbación te permite quedarte en casa para que no rompas la cuarentena e incluso te ayuda a evitar tener una conversación incómoda sobre no llegar al clímax … desafortunadamente, todos hemos estado allí.
Configure su espacio: ya sea su baño, su dormitorio o realmente cualquier espacio que le brinde privacidad, le ayude a sentirse cómoda y la haga sentir sexy. Obtenga todo lo que va a necesitar para que la experiencia sea más placentera: lubricante, vibradores, juguetes sexuales o cualquier cosa que le va a ayudar a estimular el cuerpo y téngalo listo y al alcance. Crea una lista de canciones que te haga sentir sexy y enciende la música lo suficientemente fuerte como para sentirla y ahogar el ruido del vibrador. Enciende una vela, apaga las luces, y juega con lo que tienes. Ponte algo sexy: lencería, ropa interior sexy o nada en absoluto. Ponte de humor: toca y masajea todo tu cuerpo con aceites o lociones. Relájate y déjate emocionar. Si necesita ayuda para excitarse, vea pornografía.
Masturbación es nuestra oportunidad de disfrutar y tener intimidad con nuestro cuerpo. Aquí es donde aprendemos lo que nos gusta, lo que no nos gusta y lo que nos ayudará a alcanzar nuestro clímax.