¿A qué nos referimos cuando decimos que queremos que priorices tu salud sexual?
Bueno, no significa que queremos que hables con tecnicismos y conceptos complicados. Al revés, simplemente queremos que pienses en la salud sexual como un aspecto de tu salud que se encuentra dentro de las nueve dimensiones de nuestra salud total. Como ya sabes, o quizás no, la salud de un individuo se puede categorizar en nueve dimensiones y si podemos mejorar en cada una de estas dimensiones, al igual podemos mejorar nuestra salud sexual en general.
Tranquilx, vamos a explicar paso por paso cada dimensión para que puedas tomar nota, analizar, reflexionar y poner en práctica nuevos métodos para tu bienestar. Las nueve dimensiones que interactúan entre sí y están estrechamente relacionadas son: bienestar físico, mental, emocional, espiritual, social, ambiental, ocupacional, intelectual y financiero. Ahora, seguro te preguntas, ¿Qué tienen en común todas ellas, y más aún, cómo se relacionan con tu salud sexual?
Aunque no te lo hayas puesto a pensar muy seguido, tu sexualidad está todo el tiempo contigo. Te despiertas con ella, vives tu dia a dia con ella y es parte de tu identidad. En un mundo hiperconectado y en constante evolución, es importante entender que donde quiera que vayamos, nuestro bienestar cambia dependiendo de los entornos en los que nos encontremos.
Empecemos por el bienestar mental. Si uno tiene problemas con su dimensión mental, es muy probable que eso tenga efectos desfavorables en tu vida sexual. ¿Cómo? Lo explicaremos. Imagina que estás a punto de tener un encuentro sexual con alguien, pero tu mente todavía está pensando en ese email del trabajo que te llegó después de hora con una nueva tarea tediosa que tendrás que encargarte al dia siguiente e instantáneamente el calor del momento desaparece. Sucede en las películas, porque también pasa en la vida real. Es muy común que nuestra mente nos juegue una mala pasada estando pendiente de problemas externos, como el trabajo, la salud de un familiar o ansiedad por inseguridades sobre nuestro físico. Estas preocupaciones ocupan un espacio en nuestra mente y hacen que no podamos dedicarle a nuestra vida sexual el tiempo que se merece.
Recuerda, antes de cada encuentro sexual, con tu pareja, o contigo mismo, es importante desconectarse del celular, o la computadora y poner en pausa el resto de las obligaciones y preocupaciones de la vida.
Ahora, si hablamos del bienestar mental, es imposible no pasar a la siguiente dimensión, el bienestar emocional. Imaginate que no pudiste dejar de pensar en ese email del trabajo, y tu encuentro sexual se vio frustrado por pensamientos que imposibilitaron el placer. Cómo te sentirías después, sabiendo que no pudiste disfrutar ni darle el tiempo que la otra persona o tu mismx necesitaban? Por supuesto que eso impactará en cómo te sientes emocionalmente. Las emociones son difíciles de controlar, pero es importante estar atentos a ellas, porque son las manifestaciones de los actos y pensamientos cotidianos. Estar bien emocionalmente puede parecer difícil, pero todo es cuestión de ordenar nuestra cabeza. Aceptar nuestra sexualidad, aceptar nuestros sentimientos y perdonarnos cuando algo no sale como queríamos.
Un ejercicio a poner en práctica, puede ser el hacernos cargo de nuestras emociones y no ignorarlas. En vez de castigarnos lo mejor es pedirnos perdón a nosotrxs mismos si nos fallamos y solo siendo conscientes de nuestras limitaciones podremos tener la tranquilidad de volver a intentarlo cuantas veces sea necesario. No siempre estamos en el mejor dia, o la mejor semana, pero siempre hay una nueva oportunidad.
La siguiente dimensión que vamos a reflexionar es la espiritual. La dimensión espiritual está en constante movimiento. Es una búsqueda constante de significados, sentidos y propósitos a todo lo que hacemos. Nos lleva a un grado de retrospeccion y conocimiento que nos agrega valor a la hora de encarar nuevos desafíos en la vida, y esto por supuesto incluye los desafíos sexuales a los cuales nos vemos expuestxs durante todo el transcurso de la madurez.
Para poner en práctica el bienestar espiritual es importante hablar con uno mismo, hacer una mirada al interior de nuestra alma e identificar qué cosas son importantes para nosotrxs. La sexualidad no tiene la misma importancia para todxs al mismo tiempo, pero si es un ítem a tener en cuenta cuando conectamos con nuestro interior.
Si hablamos de bienestar introspectivo de nuestra alma, no tenemos que descuidar nuestro envase. Esto es, el cuerpo, nuestro físico. La salud física es muy importante es por eso que esta dimensión se lleva mucha atención nuestra durante toda la vida. Ocuparnos de nuestra salud en forma consciente y proactiva es muy importante, pero es necesario tomar consciencia de todos los aspectos que conllevan una vida físicamente saludable. Es decir, estar atentos a nuestro físico, no es solo ir al gimnasio. La buena alimentación y respetar las horas de sueño, son otras cosas que tenemos que tener en cuenta para rendir bien físicamente en cualquier actividad que nos propongamos (incluso las del dormitorio.)
Ser física y sexualmente saludables incluye reducir el riesgo de contraer ITS, el VIH o tener un embarazo no planeado, practicando el sexo seguro, mediante el uso del condón, para protegerte y proteger a tu pareja. No siempre es fácil, o no siempre tenemos el conocimiento necesario, por eso, es importante buscar atención médica para prevenir o tratar cualquier problema de salud y hacerse las pruebas de detección.
Y tal como habrás adivinado, la siguiente dimensión es la social. Es necesario que tengas tu grupo de pertenencia, tus amigos, tu familia o quien tu quieras con los que te sientas cómodx para poder hablar cualquier problema que te surja. La armonía en esta dimensión ocurre cuando construimos relaciones positivas basadas en conversaciones abiertas y honestas sobre nuestros deseos, la salud sexual, satisfacción, creencias y valores.
Y ahora pasamos a la salud ambiental. Tienes que estar cerca de ambientes que te generen confianza, ya sea, tu lugar de trabajo, tu proveedor de atención médica, y quizás el ambiente más importante: tu hogar. Si bien crees que tus pequeñas acciones no modifican mucho tu ambiente, dejame decirte algo— estas equivocadx. Tienes que poder manifestar tus inquietudes en ambientes que tengan la voluntad de ayudar. Empecemos por pequeños actos y veamos como el resto de las personas reaccionan a tu amabilidad. Recuerda el siguiente dicho: ¡uno cosecha lo que siembra!
Dije que el bienestar ambiental incluye nuestro lugar de trabajo, verdad? Claro que si. Esto abre la puerta a la siguiente dimensión, el bienestar ocupacional. Si no tuviéramos ocupaciones, no tendríamos ambientes para desarrollar todo el bienestar que venimos mencionando. El bienestar ocupacional ayuda a mantener nuestro bienestar mental en armonía porque cuando una persona se desarrolla es donde más se aprende y crecemos internamente. Estar ocupado por supuesto que no solo depende de tener un empleo, también podemos tener ocupaciones que sean hobbies donde desarrollamos nuestros talentos o pasiones. Y quién sabe, quizás una de tus nuevas pasiones sea enseñarle a la gente sobre salud sexual y relaciones saludables. Si es así, asegúrese de llamarnos.
Las últimas dos dimensiones, puede ser que nunca las hayas pensado con una conexión a tu vida sexual: el bienestar intelectual y financiero. Nuestras habilidades siempre están a prueba, y nuestro intelecto es como un niño que nunca termina la escuela, porque siempre hay algo nuevo para aprender. Lo interesante de conocer personas, es que nos acercan a mundos y realidades que nunca habíamos imaginado. Esto aunque no lo creas, es importantísimo a la hora de encarar nuestra vida sexual, buscar información sobre nuestro cuerpo, conocernos, compartir las mismas inquietudes con alguien nos hace sentir menos solos y aprender en comunidad.
Por supuesto que no me olvido del bienestar financiero que es vital en nuestra salud. Todxs los que vivimos en sociedad necesitamos tener responsabilidad financiera, establecer hábitos de planificación que nos permitan vivir tranquilos, con metas claras, alcanzables y que podamos cumplir. Tener esta dimensión controlada, nos dará la tranquilidad necesaria para disfrutar todo lo que te propongas. Por supuesto que si estas leyendo esto, y sientes que realmente necesitas ayuda en esta cuestión, busca ayuda, busca servicios de salud gratuitos o que puedas pagar acorde a tus ingresos, pero nunca dejes que una cuestión financiera se interponga entre tu y tu salud. Siempre hay maneras y recursos a mano para poder sobrellevar cualquier situación que estemos atravesando en la vida.
Si estás sorprendido de todas las dimensiones de salud que afectan nuestra vida sexual, no te preocupes. Ahora al menos, ya eres consciente de ello y puedes trabajar para vivir saludablemente en armonía.