El 25 de enero del 2020 se identificó la primera persona que dio positivo a una prueba de COVID-19 en los Estados Unidos. La primera persona contagiada con COVID-19 en Washington, DC fue reportada el 7 de marzo de 2020. Desde entonces, más de 2.5 millones de Latinos se han contagiado con el virus y más de 35,000 han muerto a causa de la infección en los Estados Unidos. Afortunadamente, desde el 11 de diciembre del 2020 tenemos vacunas aprobadas para ayudar a manejar esta epidemia que tanto afecta a nuestras comunidades.
Las vacunas contra la COVID-19 aprobadas por la Administración de Drogas y Alimentos en los Estados Unidos son seguras y efectivas. Esto significa que se han estudiado por el tiempo suficiente para evidenciar que logran su propósito de prevenir complicaciones relacionadas a la infección con la COVID-19.
Además, todas las vacunas aprobadas no representan riesgos significativos para las personas que las utilicen. Algunas personas han cuestionado la forma en que se logró obtener una vacuna contra la COVID-19 tan rápido. La realidad es que no fue tan rápido. Científicos llevan años estudiando coronavirus (la familia de COVID-19), por lo que ya había un conocimiento general de cómo se comportaba este virus. Desde marzo del 2020 se comenzaron a realizar estudios para determinar cómo desarrollar una vacuna y a través del 2020, miles de personas participaron en investigaciones para determinar que las vacunas eran seguras y que funcionaban bien.
En la medida en que pasa el tiempo en la pandemia de COVID-19 se han aprobado varias vacunas. En general, todas estas vacunas funcionan de forma similar y logran un mismo objetivo: Reducir que personas desarrollen enfermedad y mueran de COVID-19. Teniendo varias vacunas disponibles, algunas personas quieren usar la mejor vacuna. ¿Cuál es la mejor vacuna? La mejor vacuna es la vacuna que esté disponible. Dado que todas logran el mismo objetivo, la mejor vacuna es la que esté disponible y pueda utilizar lo antes posible.
¿Por qué me debo vacunar?
Tenemos que detener esta pandemia y la única forma de hacerlo es reduciendo la cantidad de personas que se infecten con COVID-19. De esta manera, tendremos menos personas que requieran ser hospitalizadas y también menos gente morirá de la infección. Las vacunas contra la COVID-19 ayudar a evitar que las personas se enfermen y que desarrollen complicaciones relacionadas a la infección. La vacuna facilita que podamos comenzar a socializar de forma diferente con otras personas y por lo tanto esto impactará las áreas de trabajo, la economía y el bienestar de nuestras comunidades. ¿Quiere darle un abrazo a la abuela? ¿Desea volver a tomar clases en un salón? ¿Quiere tener más volumen de trabajo? ¿Ya se está cansando de reuniones virtuales? Pues la mejor alternativa que tenemos para hacer las cosas que la pandemia de COVID-19 no nos deja hacer es vacunándonos.
¿Cuáles son las barreras que impiden que me vacune?
Se ha sugerido que las poblaciones hispanas/latinas son un poco incrédulas a vacunarse contra la COVID-19. Sin embargo, en los estudios que se han hecho recientemente se ha evidenciado que la gente hispana y latina, en su mayoría, desean ponerse la vacuna. ¡Estas son buenísimas noticias! También es cierto que hay gente en nuestras comunidades que dicen no creer en las vacunas o que siguen incrédulas ante las vacunas contra la COVID-19. La mejor manera de responder a estas personas es dándole información confiable. Debemos utilizar información provista por organizaciones y profesionales de la salud para tomar decisiones.
La desconfianza a los gobiernos y autoridades de salud también pueden afectar que las personas se vacunen. Es cierto; hay razones para desconfiar en estas instituciones. A partir de la información que tenemos al momento, no tenemos razones para desconfiar en las vacunas contra la COVID-19 y las estrategias que se están utilizando para detener la pandemia. En las pasadas décadas se ha hecho un mejor trabajo para establecer estrategias de salud pública que respondan a las necesidades de diferentes comunidades. Para las poblaciones latinas uno de los grandes retos continúa siendo tener acceso a los servicios de salud. Aún tenemos que hacer mucho trabajo al respecto, pero la buena noticia es que la vacuna contra la COVID-19 es gratuita y no se requiere dar mucha información o documentación para obtenerla.
¿Aún tiene preguntas sobre la vacuna?
Algunas personas pueden tener miedo a la vacuna o estar utilizando información incorrecta para tomar su decisión. Para ellas, debemos hacer accesible información de agencias como el Departamento de Salud de Washington DC, Maryland o Virginia. También los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos tiene información útil que puede ayudarnos a contestar dudas sobre las vacunas contra la COVID-19. Afortunadamente, la información está disponible en español. Además de la información que estas agencias tienen en el internet, muchas de ellas también tienen números telefónicos donde puede llamar para recibir información en español.
En lo que logramos que mucha gente pueda vacunarse debemos continuar con todas las medidas de prevención que conocemos. Eso incluye usar mascarilla siempre que esté con otras personas, mantener distanciamiento físico y lavarse las manos con frecuencia. Esta pandemia la vamos a detener juntos.