Volver a escribir algunas reflexiones sobre sexualidad, comunidad latina, y sexo positivo o positividad sexual, parecería innecesario en un mundo donde se piensa que todos estamos sensibilizados con el tema de la sexualidad y erotismo, que se habla en medios de comunicación redes sociales y muchos espacios públicos acerca de ello.
Donde sabemos con certeza como muchos estudios lo demuestran, que la educación sexual integral y apropiada: reduce las tasas de embarazo no planeados y las infecciones de transmisión sexual (ITS), ayuda a los jóvenes a comunicarse acerca de la sexualidad y poner límites, y a los adultos a comprender como tener relaciones románticas saludables, a valorar la autonomía corporal, y como mostrar respeto hacia las personas de diferentes identidades sexuales y de género.
La realidad es que hemos avanzado, pero todavía hablar de “sexo positivo” o positividad sexual en un sector de la comunidad latina sigue siendo tarea difícil para muchos, conceptos como erotismo, placer, tolerancia a la diferencia de orientación, o diversidad sexual. Aun están permeados por una imposición social o religiosa. Y se debaten entre querer apropiarse de un concepto mas tolerante y abierto y la educación que recibieron en sus hogares.
Como dice Elvia, una mujer nacida en El Salvador hace 36 años, “La única educación sexual que recibí, era que no se podía tener relaciones sexuales antes del matrimonio.” O como le dijeron a María, Mexicana de 32 años, “Todo lo que haces antes del matrimonio es pecado, nunca aprendí nada de placer o cosas así…como iba a pensar en eso, si sentía que ardería en el infierno.”
“La única educación sexual que recibí, era que no se podía tener relaciones sexuales antes del matrimonio.”
O para Clara (46 años, Honduras) que no concibe que la homosexualidad pueda ser vista como una opción “Par mi eso son inventos de este país, en la biblia dice que es pecado.”
Sin embargo, estas mismas mujeres sienten que quieren aprender, hablarles a su hijos e hijas de manera mas abierta, mas real y acorde a este tiempo, que quieren vivir y conocer mas acerca de ellas mismas y sus cuerpos.
“Hoy en día yo voy a grupos y charlas donde nos hablan abiertamente, y aunque a veces me da vergüenza hasta oír de esos temas, aprendo mucho y me ha servido para hablar con mis hijos y hasta con mi esposo,” dice María, México, 32 años.
Por eso seguir educando acerca de la positividad sexual es tarea obligatoria de todos, permitir a las personas saber que tener sexo no es algo malo, que apropiarse del cuerpo, del erotismo, y el placer es parte de la vida, que reconocerse y llegar a decir “Yo Soy un Ser Sexual” es aprender a tomar decisiones responsables y abogar por tu propio bienestar sexual.
Que reconocer la diversidad de los seres humanos, las diferencias sexuales, de orientación, de preferencias, es poder reconocer la humanidad de los demás y entender que en este mundo hay cabida para todos y todas y que no podemos imponer nuestras ideas o controlar como deben vivir los demás, especialmente cuando al hacerlo perjudicamos sus vidas, su integridad y su derecho a ser felices.