La pandemia del COVID-19 nos ha impactado a todos de una forma u otra. Las poblaciones latinas en los Estados Unidos se han visto particularmente afectadas por el COVID-19. Desde que la pandemia de COVID-19 llegó a los Estados Unidos en el pasado mes de marzo hemos observado cómo se han documentado más casos de infecciones y muertes en las comunidades latinas cuando las comparamos con otros grupos raciales y étnicos. Las causas de estas disparidades son varias e incluyen el limitado acceso a servicios de salud que sean culturalmente congruentes, exposición ocupacional, inseguridad en la vivienda, condiciones de salud pre-existentes como obesidad y asma y riesgos ambientales tales como la calidad del aire.
Lamentablemente, estos patrones de desigualdades en salud en que estamos observando en las poblaciones latinas durante pandemia de COVID-19 no son nuevos. Durante la epidemia del VIH nuestras comunidades también han experimentado como determinantes sociales incrementan el riesgo para infección y el progreso de la enfermedad. Estos factores operan al incidir en cómo las personas toman decisiones para hacerse la prueba de VIH, utilizar recursos para la prevención de infecciones o acceder a tratamiento.
A pesar de que llevamos casi un año sobreviviendo la pandemia de COVID-19, aún nos queda mucho por entender sobre el impacto de esta en nuestras vidas y en nuestra salud. Si en algo podemos estar de acuerdo en que la pandemia de COVID-19 ha trastocado todo. Antes de la pandemia, algunas personas en nuestras comunidades latinas tenían riesgos desproporcionados para infectarse con VIH. Por ejemplo, hombres gays, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres representaban uno de los grupos donde se identificaba un número significativo de nuevas infecciones de VIH en los Estados Unidos. Asimismo, personas de experiencia trans (trangénero o transexual) también enfrentaban riesgos desproporcionados para acceder servicios de salud que incluyeran su cuidado primario y prevención de VIH con el uso de profilaxis pre-exposición (PrEP). Durante la pandemia de COVID-19 es muy probable que estas dificultades hayan empeorado.
Consideremos la cantidad de tiempo que estamos pasando en nuestros hogares practicando distanciamiento físico. Ciertamente, esta es una práctica efectiva para reducir el riesgo de infección con el COVID-19. Sin embargo, es difícil estar físicamente distante de gente querida o de las actividades cotidianas. Estar distantes puede tener un impacto en nuestra salud mental, en nuestras relaciones y en nuestra salud física. También puede afectar cosas que nos gustan hacer, como ejercitarnos y mantener nuestro cuidado de salud. Durante la pandemia puede ser difícil seguir regímenes de tratamiento como tomarse los medicamentos y también es complicado hacerse pruebas de VIH y negociar prácticas sexuales seguras. En la medida en que nos cansamos de estar en casa y tener otras prácticas de prevención, también pueden aumentar los riesgos no solo para infección con COVID-19, sino también los riesgos para infección con VIH. Para personas que viven con VIH, también puede ser complicado continuar con el uso de los medicamentos o asistir a todas las citas médicas.
Afortunadamente, hay muchas estrategias que podemos usar para tratar de mantenernos saludables ante estas condiciones adversas. Por ejemplo, durante la pandemia de COVID-19 no tenemos que dejar de tener prácticas sexuales saludables.
Para quienes viven con la/s persona/s con quien tienen actividad sexual, es importante que mantengan buena comunicación y conozcan los riesgos que cada quien tiene para COVID-19 u otras infecciones, incluyendo VIH. Pasando más tiempo en la casa puede ser una buena oportunidad para mejorar la comunicación y también para explorar nuevas actividades sexuales; nuevas posiciones o juguetes sexuales. Para quienes no tienen parejas sexuales en casa, el distanciamiento físico puede representar una oportunidad para utilizar más el sexting, llamadas en video, literatura erótica, pornografía, e intimar más emocionalmente con posibles parejas sexuales.
Si deciden encontrarse con otras personas para tener sexo, es importante comunicar los riesgos de exposición que han tenido a COVID-19 y otras infecciones. A pesar de que aún no tenemos evidencia de la transmisión sexual del COVID-19, sabemos que se transmite por el contacto con la saliva y en las heces fecales. Es poco común tener sexo sin besar y para algunas personas el sexo anal es placentero, por lo tanto, sexo seguro en tiempos de COVID-19 requiere más comunicación, pero no tiene que ser menos placentero.
Para las personas que necesiten hacerse pruebas de VIH hay alternativas que diferentes proveedores pueden brindarle. Por ejemplo, algunas organizaciones están proveyendo servicios de prueba rápida del VIH con cita previa. Esto facilita recibir los servicios con la asistencia de profesionales. Otras organizaciones están enviando pruebas del VIH por correo lo que implica que las personas reciben un paquete en su hogar con el equipo e instrucciones de cómo hacerse la prueba. Esta medida es fácil y confiable, pero algunas personas prefieren tener la asistencia de un profesional. No importa cuál sea la preferencia, lo importante es que las personas que quieran hacerse la prueba de VIH puedan hacerlo sin muchos inconvenientes.
Estamos viviendo tiempos difíciles y a veces es complicado entender todo lo que está pasando. Dentro de todo, somos una comunidad que resiste ante las dificultades. No olvidemos que para tener un mejor futuro hay que ponerlo todo en el presente. Este es un buen momento para cuidarnos y cuidar a la gente que queremos. Mucha gente de nuestras comunidades latinas está contribuyendo en el desarrollo de vacunas para el COVID-19, nuevas formas de prevenir el VIH y cambiando políticas sociales que son barreras para nuestro bienestar. Las epidemias de COVID-19 y VIH pueden ser detenidas y nosotros podemos contribuir para que así sea. Aprovechemos las oportunidades que tengamos para prevenir infecciones, hacernos pruebas de VIH o COVID1-9, según sea necesario, y utilizar los medicamentos y cuidados que sean recomendados. Somos el futuro y una meta fundamental es llegar saludables próximo año.