El orgullo se trata de crear una comunidad entre las personas LGBTQ, NO una ganancia comercial que nos mantiene como un grupo demográfico. El orgullo tiene que ver con la reflexión, la honestidad y la alegría. Orgullo es tener apoyo cuando no sabes las respuestas.
Como tantas personas en el mundo, hemos luchado y, a veces, continuamos luchando con nuestra identidad. Las preguntas que surgen son: “¿Quién soy y cómo quiero vivir mi vida?” Estas preguntas, creo, no se resolverán en nuestra vida, pero comenzamos a responderlas viviendo con autenticidad y orgullo.
En nuestras culturas, se nos dice que ocultemos quiénes somos y la idea del orgullo solo se aplica a la raza y la etnia. Pero ¿qué pasa con el orgullo de nuestra identidad?
Reflection (y no me refiero a la canción de Mulan, aunque soy partidario de la versión de Christina Aguilera) sostiene un espejo no solo de nuestra imagen física, sino también de quiénes somos, quiénes hemos sido y hacia dónde vamos.
La honestidad, irónicamente, es lo que la mayoría de nosotros más tememos. Estamos aterrorizados de no saber las respuestas, de no ser aceptados y de no ser quienes realmente somos. Salir del armario sigue siendo uno de los eventos más significativos que suceden en la vida de las personas queer, ya que implica el anuncio y la aceptación de nuestras verdades. Y a diferencia de las personas heterosexuales, nuestra comunidad se ve obligada a darse cuenta no solo de las verdades de nuestra identidad sino del mundo que nos rodea. Si bien da miedo salir del armario, nuestra honestidad asusta a aquellos que continúan escondiéndose y no se permiten expresar quiénes son en realidad. Esa es nuestra magia y nuestro poder.
La alegría es lo que nos mantiene en marcha. Es la alegría de estar viva, de ponerse peluca y tacones por primera vez. Es divertirte demasiado con amigos y extraños en un bar o festival y no importarte quién te mira porque vives en voz alta sin miedo. Es la alegría que mantiene a la comunidad LGBTQ+ sostenida en la idea de que nuestros miedos, nuestras luchas y nuestros traumas no son rival para la felicidad pura. Joy ayuda a construir una comunidad, que ha sido la base para unirnos. Como personas queer, a veces tenemos una familia que nos da la espalda, pero es a través de nuestra familia elegida, podemos superar los momentos más difíciles. Nuestra amistad ha sido el mayor testimonio de ello.
No importa el mes, el día o el año, el Orgullo es todo el año y debemos asegurarnos de nunca apagar nuestro brillo por temor a no ser aceptados por la sociedad. Somos más que las cajas en las que nos metemos y somos más de lo que nos dicen que podemos ser. Somos una experiencia y debemos vivir esta vida con orgullo. Ser queer se trata de tener gente de tu lado, durante esos momentos las preguntas toman el control. Entonces, aunque nunca sabemos a dónde nos llevará este viaje, tenemos una comunidad y amigos que nos unen.